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miércoles, 10 de octubre de 2012

Oraciones a Lilith

Éstas pequeñas oraciones no son con la finalidad de implementar una nueva religión, sino para conocer a través de estos párrafos, la verdadera esencia de Lilith, y cómo ha influido para algunos una sutil mezcla de belleza, lujuria, rebeldía y muchas otras sensaciones. Se seleccionaron tres oraciones, del vasto  escenario literario dedicado a ella.
                                                             

                                                       ORACIÓN 
                                                                I 
Lilith
Con ojos de ensueño y mirada profunda.
Emergiste de un mar infinito, cuando todo era nada….
Primera Mujer, creada del polvo de la tierra,
volando surcaste los submundos, bella doncella alada.
Diosa Primigenia, Primera Mujer creada.
Diosa de Diosas, Madre de la Existencia….
Viento nocturno de una noche azulada...
Oscura en las Escrituras y hoy, la luz de las conciencias.

No te ataste a la paz de Edén.
Fuiste espíritu del viento.
Balanza y equilibrio entre el pájaro y el dragón…
Sagrada sabiduría del Árbol del Conocimiento.
Primer Ser que se juega por un sueño de amor.
El anochecer de un Mar Rojo fue tu exilio,
tu dolor se erigió en Luz de la Eterna Oscuridad….
Tus Lilims, pequeños cristalitos plateados,
tu anillo se Shem, la guía hacia la Inmortalidad.

Ya sea en la Grecia Antigua
o despertando el placer de la mano de Isthar
Como vampira exquisita, reflejo sensual de una Luna lasciva.
Siempre, siempre, encanto eterno de la voluptuosidad.
Como guardiana del goce, en la bella Babilonia
O allá en la antigua Sumeria, como espíritu luminoso….
Desencadenadora de anhelos escondidos,
Como Succubo dorado de algún sueño lujurioso….
Vínculo del hombre con el Misterio de la mujer,
Siempre, siempre, encanto eterno de la plenitud y el gozo.

¡Lilith! Sé el abrigo de mi invierno.
Sé el agua que calme mi sed y se mi calidez….
Sé mi calor, mi consuelo y mi reposo.
Déjate ver majestuosa en tu bella desnudez.
¡Lilith! Aliméntate de mi rocío, como la piel de la tierra.
Conviértete en la Doncella que yo sabré conquistar…
Quiero volar contigo en tu corcel negro alado,
Sé mi sueño de amor imposible que quiero cristalizar.
                  
                                                                
ORACIÓN 
 II 
Lilith
(Santa patrona de las expulsadas del paraíso desde el principio de los tiempos)

Mujer loca.
Hecha de viento.
Lilith voladora e impura.
Rompe el espacio y el tiempo,
y ven a nos sin premura.
Insumisa y primigenia madrastra
de las de Eva rechazadas hijas,
has que en nuestros blancos lechos
nunca falten besos, calor ni compañía.
Que las estrellas nos iluminen
Que no se acabe el deseo ni el vino
y que no nos topemos nunca
ni opresor ni cadena por nuestro camino;
que no nos de por la monogamia,
la abnegación ni la servidumbre.
Y que seamos siempre leales
a nuestra naturaleza de brisa
y de lumbre…


ORACIÓN
III
Lilith
Yo soy Lilith, la diosa de las noches que vuelve de su exilio.
Soy Lilith, la mujer selva.
No supe de espera deseable pero sí de leones y de especies puras,
de monstruos.
Fecundo todos mis flancos para fabricar el cuento.
Reúno las voces en mis entrañas para que se complete el número de esclavos.
Devoro mi cuerpo para que no me digan famélica y bebo de mi agua para nunca sufrir sed.

Mis trenzas son largas para el invierno y mis maletas no tienen cubierta.
Nada me satisface ni me sacia y aquí estoy de regreso para ser la reina de los extraviados del mundo.
Diosa de dos noches y reunión de los opuestos,
sólo relumbro en lo negro,
sólo asciendo del abismo,
sólo en el borde me sostengo,
sólo vuelvo de la muerte.
Soy la guardiana del pozo.

Ningún suspiro se eleva de una garganta
si no es lavado por la brasa de mis dedos.
Soy Lilith, el secreto de los dedos que insisten.
Perforo el sendero, divulgo los sueños, destruyo ciudades de hombres con mi diluvio.
No reúno dos de cada especie para mi arca.
Más bien los transformo a todos para que el sexo se purifique de toda pureza.

Soy el vuelo del grito, el fluir de los perfumes.
Y vine a despertar al bosque y a los navegantes del bosque.
Me llevo sus fuentes para abrazarme.
Y por todas partes mi mano azul se posa.
Ustedes me escucharon antes de que hablara.
Me vieron antes de que yo me levantara.
Y me amaron antes de que me vertiera. Soy la salvación y el verdugo.

Soy todas las direcciones.
¿A dónde huyen si es a mí que se dirigen?
Yo, versículo de la matanza. Los libros me han escrito aunque ustedes no me hayan leído.
El deseo desenfrenado, la esposa rebelde, la realización de la lujuria que conduce a la ruina total. En la locura se entreabre mi vestimenta.
Los que me escuchan merecen la muerte y los que no me escuchan morirán de despecho.

No soy la remisa ni la yegua dócil,
Soy el estremecimiento de la primera tentación.
No soy la remisa ni la yegua dócil,
Soy el desvanecimiento del último pesar.
La que fue concebida bajo el signo de la delicia,
cuya obsesión está hecha para crecer,
cuya lengua es una colmena,
la que será devorada quedando intacta.

Soy la que es un hambre para gritar.
Soy la que nació para preservar el delirio.
Soy el orgullo de los senos pequeños para que crezcan y rían.
Para que reclamen y se los coman. Salados son mis senos.
Tan altos que no los puedo alcanzar: bésenlos por mí.
Dos linternas para que sugieran dos resplandores.
Dos pequeños para que su retozo les sea perdonado.
Yo soy el ángel desvergonzado. La primera yegua de Adán y la corruptora de Satán.

El imaginario del sexo reprimido y su más alto grito.
Tímida, pues soy la ninfa del volcán, celosa, pues soy la dulce obsesión del vicio.
El primer paraíso no me pudo soportar y me arrojaron de él para que siembre la discordia sobre la tierra, para que dirija en los lechos los asuntos de los que a mí me someten.
Dejen que muera de hambre para que se inflamen los bálsamos.
Hostíguenme para que me derrame.
La tierna, como un albaricoque al punto.
La rebelde, como una granada que no lo está.

Estrújenme…
Luego unten con el óleo de mis poemas los pies de las virtuosas.
Yo, la leona seductora, regreso para cubrir de vergüenza a las sumisas y reinar sobre la tierra. Regreso para sanar la costilla de Adán y liberar a cada hombre de su Eva.

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